No le mientes la madre a Tlaloc !

Ayer durante una típica y sabrosa reunión familiar ocurrió un incidente gracioso ante los ojos de cualquier tercero, pero algo aterrador y extraño para los que estábamos sentados a la mesa.

Estábamos todos comiendo una generosa porción de carne asada en el patio trasero de la casa de mi tío (debo decir que la casa es bastante grande por lo que han de imaginarse que el patio trasero es también un área muy amplia). Dado que fue una comida informal y éramos solo una parte de la familia, mi tío considero innecesario poner una lona para cubrir el patio de posibles lluvias o inclemencias del tiempo; pero al ver que el cielo estaba bastante nublado, el viento comenzaba a soplar demasiado y la temperatura iba en descenso; decidieron recurrir a un eficaz método para evitar la lluvia: Hacer un ritual.

Está de más mencionar que yo mismo pienso que cualquier ritual (llámese limpias y demás jaladas) es una completa estupidez y solo son practicados por gente desesperada que quieren que la magia les solucione la vida o se las haga mejor; en algún momento hablaré de todo eso con mas profundidad.

El chiste es que todos fuimos indicados a levantar nuestros cuchillos hacia el cielo descubierto en aquella tarde y hacer una cruz con el cuchillo para posteriormente clavarlo en el pasto. Debo admitir que fue bastante entretenido ver las caras de optimismo de algunos y la incredulidad de otros mientras hacíamos tal actividad. Al momento en que varios bajaban sus cuchillos para apresurarse a comer su carne que ya empezaba a humedecerse por las pequeñas gotas acarreadoras de contaminación, los que estábamos en esa mesa comenzamos un pequeño dialogo (cualquier similitud con un cuento es mera coincidencia):

- ¿Crees que esto vaya a funcionar? - Dijo mi prima Susana.
- Pues por supuesto que no - Respondí convencido.
- No Tláloc! No nos mandes el agua! - Replicó mi prima Susana.
- Ya mejor hacerle así al 'che Tláloc - Dijo mi primo Andrés al tiempo que levantaba su dedo medio hacia el cielo nubladísimo - Jajaja solo falta que ahorita nos caiga un rayo - Agregó

No había terminado la frase cuando PUUUUUM! La tapa del inestable Rotoplas cayó sobre la mesa haciendo un ruidoso estruendo y rompiendo un vaso alto con Bacacho Solera, arrojando vidrios y chupe a los platos de todos los que estábamos en la mesa.

El silencio fue absoluto por al menos 3 segundos, seguidos de mi risa incrédula de que pudiera haber pasado algo así justo en el momento en que mi primo reclamaba peyorativamente a Tláloc. Mi risa fue aún mayor al voltear a la mesa donde estaban los demás con una cara de terror, preocupación y desconcierto por el incidente, sin embargo cuando yo creía que todos habíamos salido ilesos de este peculiar castigo divino fue que el prometido de mi prima se paró y se sacó un vidrio de la boca.

- ¿Estas bien? - Le preguntó no se cuanta gente.

Dejé de reírme y comencé a lamentarme por que ya no podría terminar de comer a gusto ya que tendría que esperar a la siguiente ronda de carne y francamente no tenia ganas de que otra tapa de rotoplas perturbara mi tranquilidad mientras comía así que simplemente me retiré.

Nadie se cortó y fuera de los vidrios en la boca de mi nuevo primo (que hasta donde supe no le hicieron nada) y del susto que todos nos llevamos, el incidente no pasó a mayores. Pero la próxima vez que alguien le reclame a Tláloc por la lluvia buscaré refugio inmediatamente.