miércoles, 17 de diciembre de 2008

Anécdota Reciente

Hace unas horas me encontraba yo con mi estimado amigo el Ninja en lo alto de los multifamiliares de Coyoacán esperando a otro amigo para entrar a su respectiva casa.
La cita era a las 6:30, pero como nuestro amigo trabaja/sehacependejo/trabaja/sehacependejo/trabaja pues era de esperarse que llegara un poquito tarde. En esos momentos simplemente nos pusimos a platicar acerca de la vida, de la gente que se ha ido a otros países y de las ganas que nosotros tenemos de hacerlo, no tanto por el otro país, sino por salir de éste.

Nuestro amigo tardó bastante más de lo que esperábamos por lo que al no poder accesar a su casa tuvimos que encontrar un modo de pasar el tiempo. Llegando un punto de la conversación le confesé que desde que habíamos llegado tenia la necesidad de orinar.

No sé cómo llegamos a la idea de que sería divertido orinar desde un 3er piso pero en menos de lo que lo cuento mi amigo ya se estaba bajando los pantalones y apuntaba a un coche gris que estaba debajo.

Una vez que él terminó, procedí a nivelar mi hidratación de la misma forma y apuntándole al mismo coche. Debo mencionar que durante este proceso hubo varias cosas que interrumpieron la micción, desde una niña jugueteando en el pasillo, hasta la mismísima madre de nuestro amigo saliendo del elevador.

Momentos más tarde estaríamos dentro de la humilde morada de nuestro amigo jugando Rockband en pantalla de alta definición y con muy buen sonido.

Las horas pasaron, los instrumentos se rolaron, dijimos pendejadas y finalmente nos despedimos de nuestro hospitalario amigo. Él ofreció amablemente darnos aventón al metro más cercano cosa que ambos aceptamos gustosos. Yo fui desalojado del coche a la altura de División del Norte a eso de las 10:45pm.

Ahora lo que realmente quería contar fue lo que pasó después de haber sido botado en la parada del pesero.

Tras 10 minutos de esperar sentado se me acercó un sujeto ebrio, posiblemente drogado y con acento muy ñero a preguntar en tono amigable pero gritón:

-¡Que tranza la banda! ¿Crees que si vayan a pasar peseros?

Desconfiado y un poco temeroso pues la calle estaba desierta, respondí:

-Pues yo espero que si. Todavía no es tan tarde.

El sujeto debió haber sentido el miedo en mis ojos y en mis palabras pues inmediatamente me dijo, en palabras ñeras, que no venía a robarme ni que había razón por la cual alarmarse; Se presentó y comenzó a platicarme lo que estaba haciendo antes de llegar a la parada del pesero.

Tras una breve charla de 10 minutos ambos decidimos que lo mejor era emprender el viaje en metro así que nos levantamos de la parada y emprendimos camino hacia la estación más próxima de limosina naranja. En ese justo momento apareció un pesero pero había algo extraño, tenía las luces interiores todas apagadas y no parecía tener señalamientos de hacia dónde iba.

Al percatarme de esto supuse que el pesero estaba en pleno proceso de ser atracado y le sugerí discretamente no subirnos:

-¡Wey! ¡No mames! ¡Están asaltando al pesero! ¡No te subas!

El ilustre Andrés (así se llamaba) se freno en seco al escuchar mi advertencia y no sé si de la peda o de la impresión cayó al piso. No supe si ayudarlo a levantarse o cagarme de risa, finalmente lo primero no fue necesario pues a pesar de su estado etílico-pacheco se levanto rápidamente y corrimos a la estación de metro.

Una vez dentro del metro éste sujeto me indicó que iba hacia la colonia condesa lo cual no era muy sorprendente dado que ambos íbamos a tomar el mismo camión. Sin embargo, en su estado alterado no sabía para donde teníamos que ir así que, como buen samaritano que soy, lo fui guiando en el trayecto.

El trayecto en el metro fue todo un show pues éste sujeto hablaba a gritos con un lenguaje bastante florido y diciendo cosas como:

-No wey y ahorita estaba con una vieja y ¡Puta! que me la arrima bien cabrón, y yo así de "No te malviajes" y ella así de "ay no mames, na'más tantito", y pues la neta estaba bien culera, así como la vieja que está sentada ahí, pero todavía más culera.

Como han de suponer TODOS nos estaban mirando feo, y yo comenzaba a preguntarme el porqué no tomé el metro inmediatamente después de bajar del coche de mi amigo.

Otro aspecto digno de contarse es que cada que el metro se detenía, mi compañero le hacia una visita al suelo y obviamente yo tenía que ayudarlo a incorporarse intentando con todas mis fuerzas no cagarme de la risa.

Finalmente llegamos a nuestro destino y ambos bajamos del metro en la misma estación.
Le pregunté hacia donde se dirigía a lo que él respondió que a su casa que se ubicaba sorprendentemente cerca de la mía así que continuamos caminando juntos.

Durante el trayecto el ilustre orinó en los arbustos de un parque frente a una cámara de seguridad, escupió cada 10 pasos y habló acerca de sus 6 años de preparatoria culpando a la mariguana por su retraso académico. Finalmente cuando llegamos a su casa me ofreció por vigésima vez un cigarro (tabaco) y me pidió mi celular y el número de mi casa.

Obviamente le di toda la información errónea por obvias razones y al despedirnos caminé lo más pronto que pude hacia mi hogar volteando a cada momento para que éste individuo no me siguiera.

Creo que la experiencia me sirvió sobre todo para aprender a manejar gente desconocida en estados alterados y también para hacerme un poco pensar en cómo hay pequeños detalles que nos salvan de situaciones peligrosas; Pues, de no haber sido por la llegada de aquel ebrio desconocido probablemente yo habría subido a ese pesero.

5 comentarios:

Ninja Peruano dijo...

Eres un paranoico, probablemente al conductor del pesero simplemente le dio hueva subir más gente.

Y no debiste de decir que el Ninja orina desde terceros pisos... en realidad era cuarto piso.

*Biquie* dijo...

Eso de conocer gente no se me da bien :S es una capacidad que no adquirí jamás y ahora veo la importancia de ser diplomático y no trabarse hasta cuando preguntan la hora... seguro yo me hubiera sentido terriblemente incómoda y hubiera salido corriendo tan tonta... tan ñoña... tan humillante toda la situación, hubiera tomado el pesero de todos modos, quizá :S

Espero que este año te vaya increíble. Jijiji, sonará trilladísimo y cliché pero te deseo lo mejor... a veces estar en situaciones complicadas se agradece, uno se siente más vivo jojo.

Saludos buenacopa desde acá también :D

Adela dijo...

Jajaja, que anécdota!!, me encanta la Cd. de México porque siempre puede sucederte lo inesperado...

Saludos

Mi palabra Verificadora: chearwri, suena a algo feliz, no?

Chérie dijo...

¿Me juras que Dexter orino desde un 3er-4to piso?

Suena probable.

Traumatismo dijo...

Ninja: Posiblemente fui atacado con esa paranoia característica que nos achaca a todos los chilangos, pero ¡¿qué diablos?! hace al post más interesante!

Biquie: Si... yo soy igual que tú la mayoría de las veces... también me dan nervios y me cierro involuntariamente cuando estoy conociendo gente nueva; pero dadas las condiciones tuve que adaptarme.
Muy buen año para vos también.

Adela: Chearwri? suena como si chewbaca se hiciera porrista no? jajaja.

Denice: Dado que revelé conductas que no debian ser reveladas no puedo confirmar la pregunta; sólo diré que las consecuencias tienen que ver con un Jetta salpicado.