domingo, 7 de diciembre de 2008

Fin de semestre...

Pues queridos lectores, luego de una larga temporada sin postear regreso para contarles como me ha ido en estos últimos meses y temo que esto se vuelva más corto de lo que a mí me gustaría que fuera.

La verdad es que no ha acontecido nada interesante en mi vida en estos últimos meses salvo exámenes, exámenes, exámenes, proyectos, examen a casa, proyectos y exámenes.

Quizá crean que esto no es novedad; dado que, si de algo me he quejado en este blog es de la pinche escuela. Pero he de contarles que ésta vez fue ligeramente diferente pues por primera vez en mi historia de estudiante universitario se me ocurrió meter 9 materias para aprovechar los créditos del semestre.

Esto sonaba a una buena idea dado que en semestres anteriores mis compañeros (todos muy muy ñoños y muy muy matados) habían atascado de igual manera su horario y a pesar de que los vi en chinga todo el semestre decidí que era lo mejor.

Lo que no había tomado en cuenta es que además de las 9 materias tenía que cubrir al menos 8 horas por semana de asesorías de ecuaciones diferenciales (servicio social... ¡LO ODIO!) más aparte continuar con el francés.

Esto incrementó la carga académica a 11 materias.

Pasaron las primeras semanas sin mayor problema, los maestros eran aparentemente relax, la carga era bastante tolerable y mi nivel de atención era sumamente bueno pues entré mentalizado que debía dedicarle igual tiempo a todas las materias.

¡CRASO ERROR!

Al llegar el primer puente del semestre en septiembre comencé a darme cuenta de mi evidente metida de pata. Todos los maestros se dieron cuenta que aparte de tareas inútiles no se había evaluado nada importante así que decidieron que la semana reducida de 3 días era el mejor momento para evaluar.

TODOS A LA VEZ

Esa semana acabó conmigo, sobretodo porque al atascar materias tuve que meterlas en horarios diferentes así que había días en los que estaba desde las 8:00am hasta las 9:00pm con tan solo 2 horas para comer. No me daba abasto para estudiar para cada materia, hacer tarea de cada una y además cubrir las asesorías. El francés ya ni lo menciono.

Decidí que no podía estar así y pedí se me contaran las horas de asesoría que llevaba hasta ese momento para luego darme de baja del sistema. Con la posibilidad de regresar al siguiente semestre.

Bueno, un problema menos, ya no tenía las asesorías, debía ser suficiente tiempo para cubrir todo lo demás...

No fue así. La carga fue aumentando en todas las materias, para cuando llegamos a noviembre yo ya no aguantaba más sin embargo me di cuenta de una cosa en todo este semestre.

No me puedo estresar.

Al momento en que mis compañeros estaban literalmente llorando y pataleando por la carga de trabajo yo me encontraba igual de preocupado pero visiblemente tranquilo, varias personas llegaron a preguntarme que como era que teniendo tanto trabajo y tan poco tiempo para hacerlo no estaba rasguñando las paredes como todos los demás lo hacían.

A la fecha mi única explicación a esto es que mi estrés se libera por otros medios:

- Perdí casi por completo el interés en las cosas que por lo general disfruto hacer: Salir con mis amigos, tocar guitarra, ver películas en la tele, hacer ejercicio, incluso escuchar música. No hay problema, pude vivir en aburrimiento por unos meses.
- Aparecieron en mi rostro ojeras crónicas y hundimiento de mis ojos sin importar si me había desvelado la noche anterior. Esto comenzó a incomodarme.
- Mi nivel de atención bajó a niveles críticos. Tanto que al final del semestre me era imposible mantener una conversación lógica por más de 10 minutos con cualquier persona, pues olvidaba casi inmediatamente lo que me acababan de decir. Esto definitivamente me preocupó.

Posteriormente comencé a olvidar casi todo, no podía recordar ni lo que había desayunado, era como si la información académica ocupara todo el departamento y no solo la pieza con baño que le correspondía.

Ya preocupado pero visiblemente tranquilo llegó la semana de exámenes finales de la cual salí bien a secas, lo cual llegó a ser frustrante, pero al fin el semestre había terminado. Sin embargo, los problemas anteriores persistieron por alrededor de una semana más.

Toda la semana pasada dormí casi 10 horas diarias y mi apetito se vio enormemente incrementado, poco a poco mi memoria ha ido mejorando (todavía no me recupera al 100%) y de nuevo he vuelto a mi vida "normal".

Y a estas alturas del post he olvidado cual era el punto de escribir todo esto.

Necesito descansar... ¿Alguien tiene fiesta?

2 comentarios:

Ninja Peruano dijo...

¿Con tal sólo 2 horas para comer?
¿Cuál es tu problema, princesita?
¿Acaso querías 5 horas para comer a gusto?

Algunos de nosotros tenemos problemas realmente graves, como por ejemplo, tener 5 minutos para comer.
Y ese es el único problema que le encuentro a mi escuela, porque la verdad no es como si me estuviera esforzando mucho...
Pero eso sí, mi promedio sufrió: este semestre sólo tengo 9.3
Violínes, por favor.

Traumatismo dijo...

El problema no era realmente si comía en 2 horas, el punto era que de 8 de la mañana a 9 de la noche solo tenia 2 horas de descanso y no alcanzaban mas que para comer xq la verdad ni para estudiar ni para perder el tiempo. Pero de algo si estoy totalmente seguro... NO LO VUELVO A HACER.